Protección en embarcaciones: La importancia del pintado para combatir la corrosión durante la navegación

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A lo largo de nuestras vidas, la mayoría de las personas ha tenido la oportunidad de observar alguna que otra embarcación navegando en aguas profundas o poco profundas, y una característica notoria es que estos navíos se encuentran pintados de diferentes colores. Sin embargo, ¿Cuál es la razón por la que se pintan las embarcaciones? ¿Qué zonas deben recibir mayor protección? ¿Es la zona sumergida (obra viva) la más expuesta al fenómeno de la corrosión? Todas estas interrogantes las iré resolviendo a lo largo del presente artículo, con el fin de que todos podamos incrementar nuestros conocimientos y enriquecer nuestros criterios

Para estar en contexto con la terminología naval, se denomina obra viva a la parte sumergida de la embarcación y obra muerta a la parte no sumergida (Figura 1). Es necesario tener en claro estos términos, ya que nos permitirá identificar como la corrosión afecta en estas dos zonas.

La mayoría de veces llegamos a pensar que un material metálico, al estar en contacto con el agua salina, tiende a corroerse en mayor proporción en comparación con aquella región que no se encuentra en contacto con dicho fluido; sin embargo, este criterio no es totalmente verídico. Es de vital importancia recordar que la corrosión se desarrolla en ambientes anaeróbicos (sin oxígeno) y aeróbicos (con oxígeno), siendo nuestro foco de atención para el presente artículo, solo los ambientes donde haya presencia de oxígeno.

Debido a la extensa superficie de contacto entre el mar y el aire, el oleaje y el proceso de convección en el ambiente marino, el agua de mar contiene concentraciones de oxígeno hasta ciertas profundidades, lo que desencadena procesos de corrosión agresivos sobre las estructuras instaladas en el mar. En el caso específico de una embarcación, la zona de obra viva no es la más comprometida, a pesar de la presencia de pilas de aireación diferencial generadas por la variabilidad de concentración de oxígeno a diferentes profundidades. En cambio, la zona de obra muerta, como se observa en la Figura 2, es la más afectada, especialmente en la zona de salpicaduras. Esta área se denomina así porque, durante la navegación del navío y con la presencia de oleajes, se generan salpicaduras de agua salina (NaCl) que forman una capa no uniforme sobre la obra muerta. Estas salpicaduras contienen cloruros, que son agentes desencadenantes de corrosión, y, sumado a la gran exposición de difusión de oxígeno en la obra muerta, la integridad del material en esta zona se ve comprometida debido a la exposición agresiva a la corrosión.

En conclusión, comprender los conceptos relacionados con la corrosión y los factores que influyen en ella es esencial para combatir este fenómeno que afecta a una amplia gama de estructuras. La corrosión no solo compromete la integridad de las embarcaciones, sino que también impacta negativamente en la durabilidad y seguridad de diversas infraestructuras. Manejar estos conceptos permite aplicar medidas preventivas y correctivas más efectivas, minimizando el daño y prolongando la vida útil de las estructuras. Para una asesoría más detallada y soluciones personalizadas en el ámbito naval, no dudes en contactar a Industrias Pangea . Estamos aquí para ofrecerte el apoyo necesario para enfrentar los desafíos de la corrosión de manera efectiva.

Bibliografía:

J.A. Gonzáles. “Control de la corrosión. Estudio y medida por técnicas electroquímicas. CNIM. CSIC. Primera Edición, 1989. España.

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